¿POR QUÉ LAS CHINCHES ME PICAN A MÍ?
¿Por qué me pican a mí pero no a mi pareja?
Las chinches de cama son insectos parásitos que se alimentan de sangre, principalmente humana. Al ser insectos nocturnos suelen salir a alimentarse durante la noche, cuando las personas están dormidas en sus camas.
Al picar, las Chinches inyectan substancias anestésicas para que sus victimas no se percaten.
¿Cómo pican las chinches de cama?
Las chinches de cama poseen un aparato bucal formado por 4 estiletes parecidos a picos punzantes y que está diseñado específicamente para poder obtener la sangre de sus huéspedes. Dos de estos estiletes sirven para agarrar la piel, mientras que los otros dos sirven para clavarse en ella.
Durante la picadura se forman dos canales: uno salivar que inyecta saliva de la chinche en la picadura, y otro por el que se absorbe la sangre. La saliva contiene substancias anestésicas y anticoagulantes para facilitar el proceso de obtención de sangre y evitar que el huésped se percate de su presencia.
El 65% de las personas no reacciona ante las picaduras de Chinches.
Reacciones a las picaduras de chinches
La aparición de síntomas tras la picadura de una chinche de cama depende de la sensibilidad de cada persona a la saliva inoculada durante el consumo de sangre. Mientras que en algunas personas la reacción alérgica puede llegar a ser muy aparente y molesta, en otras apenas puede observarse la punción generada tras la picadura.
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De hecho, el 65% de la población no muestra ningún síntoma. Debido a que uno de los signos de infección por chinches de cama es la presencia de ronchas rojizas o hinchazón en la piel después de su picadura, el gran abanico de reacciones posibles puede llegar a confundir a las personas que sufren esta plaga en sus casas.
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De este modo, si una persona tiene ronchas y otra no, se puede llegar a la conclusión de que las picaduras no se han producido en el hogar, sino fuera de él, lo que dificulta la detección de la plaga en el hogar. En este caso hay que tener muy presente que la falta de reacción a las picaduras no implica necesariamente que no se estén produciendo, sino que el organismo simplemente no ha reaccionado a ellas.